Allá por el año 1875, Bolztmann reposaba frente a la chimenea de su casa en Viena luego de haberse bajado media botella de whisky, dos dosis de LSD y lamido el dorso de una rana ecuatoriana. De repente, en un ataque de euforia y locura se pone de pie y exclama:
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http://www.ccrnp.ncifcrf.gov/~toms/icons/aust2002/photos-by-tds/all/index.103.html
ResponderEliminarLoco, que capo Boltzmann. Genial todo, encima en el blog toman Ginebra... Y encima Bols.
ResponderEliminarBarrilete cosmico, ¿De que planeta viniste?